Serie Mayor Nº6
Serie Mayor Nº6
Cartas a Galileo Galilei, Sor Maria Celeste
Imprenta de Cesáreo Rincón, Astorga, 1949
Una noche del estío de 1609, a sus nueve años, Virginia Galilei aplicó un ojo a la mirilla del rudimentario catalejo que había hecho su padre con dos lentes. Sin tener quizá conciencia alguna de ese hecho pionero, era la primera niña que veía el habitáculo descomunal del cosmos como nunca antes.
Ahora sabemos que aquel atisbo de las magnitudes brutales del universo sería el contrapunto de la vida de recogimiento y clausura que llevaría entre los muros del convento de monjas clarisas de San Matteo a las afueras de Florencia, donde ingresó con apenas trece años y tomó los votos, con el nombre de Sor Maria Celeste, tres años después, el 28 de octubre de 1616.
De su severa existencia allí y de su temple interior apenas sabemos lo que aquella muchacha despierta filtró en las cartas que escribió a su padre, Galileo Galilei, durante los once años que precedieron a la temprana desaparición de ella en 1634: que era la herborista del cenobio; que aspiraba a tener una celda propia; que a los veinticinco años apenas le quedaban dientes. Aunque las cartas de él no han aparecido, no hay duda que, entre el temor y el temblor de saber en demasía para su condición de religiosa descalza, debió de estar al tanto de los descubrimientos revolucionarios que Galileo le debió de transmitir en primicia.
Reducida a monólogo, la palabra piadosa y traspasada de devoción filial deSor María Celeste se extiende a lo largo de ciento veinticuatro cartas, que se han conservado religadas en un solo volumen depositado en la sección de manuscritos raros de la Biblioteca de Florencia.
De hechura seria y bien encuadernada, pero resentida la edición por la calidad infame del papel de la época, Imprenta de Cesáreo Rincón publicó en 1949 esta antología parcial de aquel epistolario esencial.
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Descripción parcial. El resto de la documentación no está disponible todavía.