Tras concederle una semana extra de prórroga, la noche del sábado 27 de enero concluía nuestra exposición La estampa indeleble (libros trucados y Bibliofilia Pop) en la librería Malpaso, muestra que se abrió al público el martes 19 de diciembre y que ha permanecido en cartel mes y medio en total… y en el centro de Barcelona, lo que no está nada mal.
Si de buena parte de las exposiciones que se hacen dentro del circuito oficial de galerías la prensa ni se ocupa ni llega siquiera a hacerse eco, lo que acontece fuera de ese escaparte suele ser, salvo excepciones, ignorado sin más. Aunque se envió a los medios el preceptivo dosier de prensa y la publicación que lanzamos para la ocasión, nuestra exposición, como era de prever, no apareció reflejada ni en la prensa digital ni en ninguna otra. Tampoco, por supuesto, en suplemento cultural alguno.
La nula repercusión mediática se vio recompensada en el ámbito privado con la reactivación de sinapsis y contactos sociales entumecidos, la reapertura de vías interpersonales obturadas y el reflote de alguna que otra amistad que llevaba años bajo la línea de flotación. Y es que uno hace la llamada de costumbre (vale decir que lanza el mailing habitual), y a veces se lleva sorpresas. En esta ocasión, además de buena parte de los habituales se han dejado caer por la librería Malpaso amigos de las lejanías, conocidos de otrora y conocidos de conocidos, de los que llevaban tiempo sin dar señales. Gracias a todos de corazón por acudir.
Nula difusión mediática y pródiga repercusión privada. Una cosa se equilibra con otra y la escasez de un lado se compensa con largueza y prodigalidad en el otro. Más que de meros rudimentos de algún tipo de vaga consciencia, el cuerpo social parece dotado a veces de inteligencia ecuánime y sabiduría para el reparto equitativo.
Además de la inercia propia del funcionamiento de la mente social y de su libre, a veces curiosa y siempre misteriosa combinatoria, hay otro factor que en principio no parece importante pero que, al parecer, ha sido quizá decisivo para que amigos remotos y gentes de lontananza hayan acudido hasta Malpaso. Ese factor, como me reveló la señorita Olga Faria mientras apagaba con la puntera del botín una colilla, no es otro que el de haber firmado yo mismo la exposición. Así sencillo es a veces todo.
Por lo visto, a nuestro humilde nivel, que apenas rebasa el de la simple artesanía editorial, tiene bastante más capacidad de convocatoria un nombre propio que el de una entidad. Si De La Pulcra Ceniza comunica un evento, la respuesta social tenderá siempre a ser menor que cuando, como en esta ocasión, lo firma y comunica una persona y se difunde tal que así: La estampa indeleble (libros trucados y Bibliofilia Pop), una exposición de Juan Miguel Muñoz. La psicología social es la que es y hoy por hoy tiene vuelta de hoja: lo tomas o lo dejas. No sé hasta qué punto la validez de ese postulado radical nos influirá en el futuro, pero a partir de ahora lo tendremos en cuenta, lo prometo. (Primera promesa)
Por lo demás, y aunque en esta ocasión la haya firmado yo, ha sido una exposición típica de De La Pulcra Ceniza y la hemos apoyado como viene siendo habitual: con el lanzamiento de una publicación en paralelo y charla de presentación con libación alcohólica incluida.
Presentada en formato de hoja volante plegada y estuchada, la publicación que lanzamos una semana antes de la apertura de la exposición lleva por título Copete, Bambino y la Bibliofilia Pop. Es un texto breve aunque de cierta extensión (unas tres mil palabras) en el que además de postularnos como legítimos propietarios de la denominación de origen “libro trucado”, y de ampliar, matizar y difundir el concepto de Bibliofilia Pop, desvelamos también los antecedentes remotos de la colección La estampa indeleble. De ese opúsculo hemos hecho un tiraje de 250 copias, que se distribuyeron de forma gratuita por los canales habituales y han estado disponibles también en la librería Malpaso a lo largo de la exposición. Para los rezagados y despistados disponemos todavía de una treintena de copias; no obstante, y para que su difusión sea completa, subiremos en breve a este blog el texto íntegro. (Segunda promesa)
Con intención de dar tiempo a que el personal se recompusiera de la campaña electoral, se depurara del maratón navideño y recuperara el pulso natural de la vida cívica ordinaria, la presentación se retrasó hasta el domingo 14 de enero a mediodía y con vermú incluido. Nos congregamos algo menos de treinta almas. Sé por algunos presentes que mi intervención, de algo más de un cuarto de hora, fue amena en general y gratamente soportable. En atención a Ángel Fraternal, que me ha hecho entrar en razón al respecto, trataré de disciplinar las notas que elaboré para el caso, de fijarlas por escrito y subirlas a este blog en las próximas semanas. (Tercera promesa).
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